lo que no me atrevo a decirte, parte uno.
No sé como empezar a decirte esto.
Verdaderamente nunca supe cómo expresarme ante ti, porque con expresarme en sí no tengo problemas ya que de tanto darle vueltas a mi cabeza, he conseguido ponerle un orden al cúmulo de palabras que rondan por ella y me marean. Y me cuesta expresarme para ti porque siento que te puedo herir con mis palabras y de todo lo que quiero hacerte, dañarte sería lo último de la lista.
Me has metido en tu espectáculo. Tan lleno de luces, trapecistas, gradas y bailarinas que me he asustado. Porque estoy acostumbrada al silencio, a perseguir las caravanas de los espectáculos por la carretera mientras no alcanzo a decir adiós. Acostumbrada a quedarme con las ganas y luego sufrir no tan en silencio como me gustaría.
Me estás dando tanto que no sé cómo guardarlo dentro de mí y creo que no tengo suficiente espacio para todo lo que recibo porque aún estoy intentando asimilar que hayas venido de la nada para cambiarlo todo. Y estás arrasando con cada paso mucho más de lo que estoy acostumbrada a que me destruyan, ¿qué se supone que tengo que hacer si al final todo acaba? ¿los regalos, las listas de música compartidas? ¿qué les tendré que decir a los que de mi alrededor, te conocen?
Siento que no puedo contigo y el problema estaría relativamente resuelto si por fin algo en mí hiciera "clic" y pudiera darme cuenta de que no te quiero. Pero te quiero, va en serio. Porque me emociona verte, porque cuando estoy en tu ausencia me falta tanto que no sé cómo es que puedo andar por mí misma sin ti dándome la mano. Porque en el fondo quiero que me des paseos en ese coche que aún no tienes mientras llevo un vestido de flores y nos perdemos en una puesta de sol. Porque me gusta cuando me escuchas y me aguantas, y no entiendo cómo lo haces para cargar conmigo cuando ni siquiera yo puedo. Porque me das tanto sin pedirme nada a cambio. Y me divido en dos.
Me divido en dos porque no sé cómo tomarme las cosas. Y mi inseguridad y mi desconfianza me están cegando a tal punto de no creerme que me quieras de verdad.
Por una parte no entiendo bien qué has visto en mí para quedarte. Qué es lo que te hace tener tan claro que quieres pasar el resto de tus días conmigo o que mi cara sea la primera que quieras ver todos los días al levantarte. ¿Por qué piensas tanto en mí? Soy un desastre andante, un manojo de nervios, un huracán. ¿Por qué quieres atarte al peligro?
Y esto me lleva a la otra parte.
Que creo que estás tan roto por dentro que has decidido agarrarte al primer clavo ardiendo. A la primera cara que has logrado ver entre toda la multitud. Y me has idealizado y has visto cosas que no tengo y te confundes. No sabes cómo soy. Y mucho menos yo sé cómo eres tú. No me inspiras confianza. Y siento miedo. Miedo porque no tendría porqué ponerte en duda. Miedo porque tendría que agradecer que has llegado y has decidido no hacerme daño, pero en vez de eso me paso el día pensando qué clase de problema tienes para querer estar conmigo. Y ese miedo me lleva al miedo de que igual con tanta duda rompo todo lo que hay en ti y te alejas y me abandonas.
Y las otras veces he deseado que acabe, pero me haces tan feliz que no me quiero deshacer de ti.
Pero si sigues de este modo, no tendré más remedio que tirarte por la borda de este barco del desastre.
Quiero quererte.
Quiero oírte tocar la guitarra mientras canto muy bajito porque aún después de tantos años cantando no sé si lo hago bien.
Quiero que entrelaces tus manos con las mías y quiero tenerte bajo esa luz naranja apagado, mientras me miras a los ojos y me inspiras seguridad.
Quiero seguir sintiendo esa sensación tan extraña pero inquietante que siento cuando estás a escasos segundos de besarme.
Pero muchas otras veces no siento nada.
Me dices que me quieres y las palabras se me atropellan en la garganta y no sé decirte que yo también.
Y las mariposas las siento muy de vez en cuando, no tanto como me gustaría.
En conclusión, estoy en proceso de enamorarme de ti.
Pero muchas veces no me llenas.
Y lo peor es que sé cuál es el problema, aunque no sé si es el único.
En el fondo quiero que todo salga bien, aunque tenga muerta la ilusión.
Verdaderamente nunca supe cómo expresarme ante ti, porque con expresarme en sí no tengo problemas ya que de tanto darle vueltas a mi cabeza, he conseguido ponerle un orden al cúmulo de palabras que rondan por ella y me marean. Y me cuesta expresarme para ti porque siento que te puedo herir con mis palabras y de todo lo que quiero hacerte, dañarte sería lo último de la lista.
Me has metido en tu espectáculo. Tan lleno de luces, trapecistas, gradas y bailarinas que me he asustado. Porque estoy acostumbrada al silencio, a perseguir las caravanas de los espectáculos por la carretera mientras no alcanzo a decir adiós. Acostumbrada a quedarme con las ganas y luego sufrir no tan en silencio como me gustaría.
Me estás dando tanto que no sé cómo guardarlo dentro de mí y creo que no tengo suficiente espacio para todo lo que recibo porque aún estoy intentando asimilar que hayas venido de la nada para cambiarlo todo. Y estás arrasando con cada paso mucho más de lo que estoy acostumbrada a que me destruyan, ¿qué se supone que tengo que hacer si al final todo acaba? ¿los regalos, las listas de música compartidas? ¿qué les tendré que decir a los que de mi alrededor, te conocen?
Siento que no puedo contigo y el problema estaría relativamente resuelto si por fin algo en mí hiciera "clic" y pudiera darme cuenta de que no te quiero. Pero te quiero, va en serio. Porque me emociona verte, porque cuando estoy en tu ausencia me falta tanto que no sé cómo es que puedo andar por mí misma sin ti dándome la mano. Porque en el fondo quiero que me des paseos en ese coche que aún no tienes mientras llevo un vestido de flores y nos perdemos en una puesta de sol. Porque me gusta cuando me escuchas y me aguantas, y no entiendo cómo lo haces para cargar conmigo cuando ni siquiera yo puedo. Porque me das tanto sin pedirme nada a cambio. Y me divido en dos.
Me divido en dos porque no sé cómo tomarme las cosas. Y mi inseguridad y mi desconfianza me están cegando a tal punto de no creerme que me quieras de verdad.
Por una parte no entiendo bien qué has visto en mí para quedarte. Qué es lo que te hace tener tan claro que quieres pasar el resto de tus días conmigo o que mi cara sea la primera que quieras ver todos los días al levantarte. ¿Por qué piensas tanto en mí? Soy un desastre andante, un manojo de nervios, un huracán. ¿Por qué quieres atarte al peligro?
Y esto me lleva a la otra parte.
Que creo que estás tan roto por dentro que has decidido agarrarte al primer clavo ardiendo. A la primera cara que has logrado ver entre toda la multitud. Y me has idealizado y has visto cosas que no tengo y te confundes. No sabes cómo soy. Y mucho menos yo sé cómo eres tú. No me inspiras confianza. Y siento miedo. Miedo porque no tendría porqué ponerte en duda. Miedo porque tendría que agradecer que has llegado y has decidido no hacerme daño, pero en vez de eso me paso el día pensando qué clase de problema tienes para querer estar conmigo. Y ese miedo me lleva al miedo de que igual con tanta duda rompo todo lo que hay en ti y te alejas y me abandonas.
Y las otras veces he deseado que acabe, pero me haces tan feliz que no me quiero deshacer de ti.
Pero si sigues de este modo, no tendré más remedio que tirarte por la borda de este barco del desastre.
Quiero quererte.
Quiero oírte tocar la guitarra mientras canto muy bajito porque aún después de tantos años cantando no sé si lo hago bien.
Quiero que entrelaces tus manos con las mías y quiero tenerte bajo esa luz naranja apagado, mientras me miras a los ojos y me inspiras seguridad.
Quiero seguir sintiendo esa sensación tan extraña pero inquietante que siento cuando estás a escasos segundos de besarme.
Pero muchas otras veces no siento nada.
Me dices que me quieres y las palabras se me atropellan en la garganta y no sé decirte que yo también.
Y las mariposas las siento muy de vez en cuando, no tanto como me gustaría.
En conclusión, estoy en proceso de enamorarme de ti.
Pero muchas veces no me llenas.
Y lo peor es que sé cuál es el problema, aunque no sé si es el único.
En el fondo quiero que todo salga bien, aunque tenga muerta la ilusión.
Comentarios
Publicar un comentario