Entradas

Mostrando entradas de 2020

Me gustas

 Me gustas. Me gustas cuando hablamos por teléfono y, mientras estoy somnolienta, que me digas con voz dulce que no pasa nada si me voy a dormir.  Me gustas cuando estamos cocinando y te veo a mi lado ayudándome. Me gustas cuando estamos riéndonos de tonterías, pero también me gusta cuando estamos con la luz apagada, hablando de cosas serias. Me gustas cuando te esfuerzas por contarme con detalle tu día, porque no eres mucho de hablar. Me gustas cuando me abrazas después de llevar tiempo sin verte. Me gustas cuando te ríes, e incluso me gusta cuando te pones serio y me llamas por mi nombre. Me gustas cuando me calmas mientras lloro. Me gustas cuando me haces de rabiar. Me gustas cuando intentas razonar conmigo. Me gustas cuando me miro al espejo y te veo detrás de mí. Me gustas cuando te veo de perfil mientras estás concentrando viendo una película. Me gustas cuando te abrazo por la espalda. Me gustas cuando hablas de política. O incluso cuando hablamos de cualquier cosa hasta...

preguntas

Últimamente todo se basa en preguntarle hasta a las flores y que ninguna me dé respuesta. En sentirme atada a un huracán que destroza todo a su paso, en volar con el rumbo ya perdido y con las alas a punto de quebrarse porque están empezando a sentirse cansadas de estar ondeando contracorriente. ¿Qué se hace cuando no te convence el lugar en el que estás? Porque las dudas me ahogan y ya no ellas en sí, sino el hecho de que no debería tenerlas.  ¿Y si porque me lo replanteo tanto y tanto me cuesta, es que no te quiero? Porque muchas veces intento inducirme en la idea de que tú eres a donde pertenezco pero, muchas veces, cuando estoy entre tus brazos, siento que no eres mi hogar.  Y no sé si es porque lo pienso todo demasiado, si es porque son paranoias o si es porque verdaderamente en el mundo existen las almas gemelas y la mía está intentando decirme que tú no eres la suya.  Y tampoco sé si es porque soy una exagerada, porque no me dejo llevar o porque una vez más...

Lo que quiero

Quiero empezar contando algo, aunque igual es muy directo. No sé si son tonterías mías, si me he vuelto a ahogar en expectativas o si son esos pensamientos de las tres de la mañana  que me tienen ensimismada, escondiéndome entre películas; pero quiero.  Quiero estar en una reunión de amigos y que, mientras todos estamos en una mesa, cada uno en nuestra silla, que tú me mires cómplice desde la tuya mientras alguien de los presentes está hablando.  Quiero estar bañada por el sol, sumergida entre tus brazos.  Quiero que sea de madrugada y llueva a cántaros, tronando como si el cielo fuera a caerse; y que mientras esté estremecida me abraces tan fuerte que sepa que, aunque vinieran cien mil guerras, tú serías el lugar más seguro en el que sentirme protegida.  Quiero montar contigo en ese coche que aún no tenemos y que poses tu mano en mi pierna lentamente, mientra suena cualquier canción en la radio y cantamos a pleno pulmón cuando paremos en un se...

finales de abril.

Dices que te he cosido cuando tú no has podido hacerlo, que con mi aguja y mi hilo, tus males he deshecho. Pero yo aún me pregunto, ¿qué me pasa en la cabeza, que por más que lo he intentado, algo hace que no te quiera? Será de ese frío diciembre, que me congeló las venas haciendo que yo creyera que me hacías daño en las entrañas. Me esfuerzo y me deshilacho, no sé porqué aún no te has ido, ¿acaso le ves futuro a este amor tan hundido? No sé porqué en un futuro, yo no me veo contigo. No me veo haciendo nada. Yo ya he perdido mi hilo. No te quiero hacer daño. ¿por qué digo esto, amor mío? Ya está pasando lo que tanto había temido: que, cuando tú te marcharas, con tus maletas empacadas, y primer viaje a las espaldas, yo te dejara en la estacada, olvidando que te he querido. Ojalá poder sentir ojalá coser mis líos, mirar bien en mis recuerdos, recobrando así el sentido (aunque puede que fuera en tu presencia, el único momento en el que lo he perdido)...

lo que no me atrevo a decirte, parte uno.

No sé como empezar a decirte esto. Verdaderamente nunca supe cómo expresarme ante ti, porque con expresarme en sí no tengo problemas ya que de tanto darle vueltas a mi cabeza, he conseguido ponerle un orden al cúmulo de palabras que rondan por ella y me marean. Y me cuesta expresarme para ti porque siento que te puedo herir con mis palabras y de todo lo que quiero hacerte, dañarte sería lo último de la lista. Me has metido en tu espectáculo. Tan lleno de luces, trapecistas, gradas y bailarinas que me he asustado. Porque estoy acostumbrada al silencio, a perseguir las caravanas de los espectáculos por la carretera mientras no alcanzo a decir adiós. Acostumbrada a quedarme con las ganas y luego sufrir no tan en silencio como me gustaría. Me estás dando tanto que no sé cómo guardarlo dentro de mí y creo que no tengo suficiente espacio para todo lo que recibo porque aún estoy intentando asimilar que hayas venido de la nada para cambiarlo todo. Y estás arrasando con cada paso mucho más ...